Haciendo foco en el proceso, proponemos una instancia de intercambio, trabajo de campo y otra instancia expositiva de procesos.
Sostenemos que la convivencia entre artistas, curadores e intelectuales y su relación con el territorio y la sociedad, pone en valor no sólo el patrimonio histórico y turístico, sino también la práctica artística contemporánea. Si bien la residencia plantea un espacio de reflexión para los artistas, también es una plataforma que engloba las formas interdisciplinarias de abordar y generar los cruces entre las poéticas de lo individual, lo antropológico, lo histórico y lo social.